¿POR QUÉ PALOMA VIRTUAL?

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domingo, 8 de febrero de 2015

Reflexiones sobre el uso del celular inteligente

Es normal ver a una persona caminando por la calle manipulando su tremendo celular inteligente, también es común que cuando se está aburrido o no sabes qué hacer en una reunión donde no eres el centro de atención estés jugando o chateando por whatsapp con tus amigos.

El celular inteligente se ha convertido en el mejor amigo de las personas, un aliado contra el aburrimiento o la soledad excesiva. No importa dónde se esté, el celular es como dicen: la extensión de uno mismo. Incluso cuando se está en una reunión con amistades, no falta alguien quien esté escuchando a los demás mientras sus ojos y dedos están escribiendo un mensaje de texto o revisando el facebook si es que hay saldo.

Por eso, las compañías telefónicas no saben ya qué hacer para brindar promociones atractivas a fin de satisfacer la necesidad compulsiva de estar "conectado" a Internet sin importar si tienes un plan prepago o pospago. Poco a poco la moda de tener y usar un celular inteligente se ha convertido en algo imperante para nuestra vida, claro, para algunos se ha vuelto una obsesión.

Sus aplicaciones para la vida diaria hacen que estos celulares hayan superado cualquier pronóstico de venta positivo realizado hace menos de cinco años. Ello también es favorecido por la fascinación que tienen las nuevas generaciones por la tecnología al alcance de todos.

Al no haber ningún tipo de control sobre sus efectos en las poblaciones, los cambios que se han venido sucediendo han generado en muchísimos individuos trastornos de personalidad, hábitos insanos y aislamiento social (algo paradójico, ya que se supone que los celulares inteligentes y la Internet nos acercarían más, pero cada vez es frecuente encontrar personas que no saben hablar frente a frente con los demás y sí virtualmente, o sea, a través de una computadora o de una aplicación celular). El auge de la tecnología ha superado la reflexión necesaria para responder sanamente a esta revolución, que es una de las pocas que ha sido provocada no por las poblaciones, sino por las cosas y no por algún reclamo social.

Los hábitos de dormir, por ejemplo, han cambiado drásticamente: ahora las personas duermen poco, prefieren estar "conectados". Hay más cansancio mental, el estrés se ha incrementado a niveles nocivos, ya que hay una invisible necesidad por más información y por saber la vida de los demás.

Hay casos en donde las baterías o mecanismos internos de muchos celulares inteligentes han explotado por el uso excesivo de sus funciones. Se cree que es normal tener encendido el equipo celular, que no perjudica nuestra salud, pero acaso no sabemos que el exceso en todo es perjudicial. Pensamos más en nuestros asuntos y descuidamos lo que hay detrás de nuestros objetos que usamos o que nos rodean.  

Los celulares son instrumentos que nos permiten comunicarnos, pero caer en excesos hasta el punto de estar en una reunión de amigos o de negocios y tener el celular en la mano usando cualquier aplicación, es motivo de atención y momento de cuestionarse si está bien lo hecho. Reflexionemos sobre el uso de nuestros equipos. No perjudiquemos nuestra economía ni nuestra salud mental. No caigamos en las enormes campañas publicitarias que nos bombardean visual y psicológicamente, amémonos y no seamos esclavos de quienes no les interesamos en lo más mínimo.

Cuando vayamos a dormir apaguemos nuestros celulares y desconectemos nuestras computadoras. Nuestro cuerpo nos lo agradecerá. Si hay posibilidad, tengamos un teléfono "fijo" para cualquier emergencia. Siempre hay un momento para cambiar y hacer bien las cosas.

(PMVA)