¿POR QUÉ PALOMA VIRTUAL?

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lunes, 15 de diciembre de 2014

El jardín de Febos

- Febos, qué bonito jardín tienes, me hace parecer a los que hacen los humanos. Por cierto, su especie me 
   parecen interesante, ¿me puedes decir su historia?

- Gracias por lo del jardín. ¿Interesantes? El iluso de Prometeo pensó lo mismo, se arriesgó por ellos, ahora 
   ni se acuerdan de él ni de su sacrificio: es solo un mito bien narrado.
- ¿Cuándo comenzó este desvío, Febos?

Uhmm, veamos…Cuando aumentó paulatinamente su decepción de los dioses, el humano se entregó a sus bajas pasiones. El mito, por mencionar un ejemplo, fue entendido como algo improbable, ligado más a la imaginación que a la realidad.

La humanidad construyó un edificio inmenso, bello por fuera y por dentro para vivir en sociedad y recrearse. Hizo varias puertas, cada una conducía a conocimientos distintos. Con el tiempo, el humano olvidó qué puerta abría tal o cual saber. Con el aumento de habitantes en el edificio, surgió el caos al no saber cómo controlar a los recién llegados. Después buscaron sentido a la verdad tras una imperiosa necesidad de instalarse en su nuevo sistema. Pronto envidiaron enfermizamente nuestro poder y eternidad teniendo sed por acapararlo todo. Luego crearon su propia verdad y olvidaron.

Satisfacer nuevas necesidades provocó cambios en su manera de vivir. Adiós a nuestra protección. No la querían más. Abogué por ellos, nos dio pena dejarlos sin esperanza y sin dones. Yo les di el conocimiento del arte; otros, también les dieron algo. Creí que el arte elevaría su espíritu, pero concederle dones lo corrompió más. Ya ves, también nos equivocamos de vez en cuando. Bueno, no todo es malo. Surgieron seres extraños, el último intento de la esencia humana por conservar las tradiciones antiguas. Menos mal siguen existiendo para alegría nuestra.

Con el conocimiento, obtuvieron ciertos descubrimientos. Inmediatamente la llaman “ciencia” a esta manera curiosa de descubrir cosas. Siempre les ha gustado poner raros nombres a todo lo que le rodea. Seducido por su ego, avanzó y conquistó territorios antes sagrados, tierras lejanas e incluso viaja al espacio. Qué manía de estampar su sello personal a todo. La tecnología, hija de la ciencia, lo ayuda a perderse en sus deseos.

Quítales su ambición, esperanza; anula su ciencia: verás que se comerán entre sí.

-      No lo creo. Considero que no se ha perdido toda su esencia. Por eso existen los que llamas “extraños”, los cuales aumentan cada vez más. Si no conservaran algo de su esencia ya no existirían. Pienso que es necesario el exceso para que una especie inteligente evolucione. Creo que el humano nos llegará a superar. Para diferenciar lo sano de lo enfermo, se debe primero meter las narices en la peste y lo putrefacto.

-      Pero el humano no sólo mete una parte de su cuerpo, lo hace con todo su ser.

-      Es su forma de evolucionar, cada especie encuentra la suya. No dudan en esclavizar sus espíritus, para saber lo que es la libertad y amarla. Sus extremos lo ayudan, aunque no lo creas. Por eso los encuentro interesantes.
-      Creo que tus palabras se deben a tu juventud eterna. Ya es suficiente. Basta de insolencias. Los humanos no valen la pena ni siquiera para tener esta discusión.

-      No obstante, la estamos teniendo. Además, cuida tus palabras, me das a entender con lo de mi juventud, por ejemplo, que podemos aprender nuevas cosas en nuestro estado de eternidad; también que has envejecido y cerrado tus pensamientos.

-      Tus nociones son humanas y no todos los jóvenes humanos superan a sus mayores. También en este plano siempre aprenderemos, somos vida y la vida evoluciona.

-      Parece que no te gusta que te den la contraria.

-      ¿Eso crees, Reiyel? Soy un dios antiguo y tú un ángel. Con esta historia antigua que te relataré te darás cuenta que los humanos necesitan de alguien que los guíe: ellos no pueden solos. Dices que nos superarán, yo digo que nunca saldrán de su edificio: han perdido las llaves que abrían sus puertas. Ese era el único modo de superarnos.

-      Es más que suficiente. Un día serán tantos que no necesitarán de llaves, derribarán esas puertas…

-      Lo harán porque son muchos, eso no cambia las cosas. No entenderán nada y sólo unos pocos utilizarán a la mayoría para tener más poder. Destruirán su planeta y seguirán a otro. Siempre han dado prioridad a lo externo antes que lo interno.


En sus inicios, la humanidad recibió nuestro cuidado y observación. Eran puros, escasos e inocentes. Estuve ahí. Al ser dependientes de su entorno, comenzaron a depredar. Los castigamos. Entendieron. Volvimos a confiar. Para no olvidar su esencia y lo pasado, nos pidieron habilidades. Se las dimos. Fue fácil, parte de nuestras esencias también están en su cuerpo. Yo les desperté su creatividad. Con la aparición de la historia y la escritura hallaron el modo de cristalizar los hechos pasados. Cómo no se nos ocurrió.

Más humanos. Peligro. Comunicarse con nosotros lo insta a construir edificaciones majestuosas. Crecen su orgullo y vanidad. Imperios y reinos se forman. Lujuria y poder. Que se castigue él mismo por la ley Causa –Efecto, acordamos. Demasiado dolor para Artemisa: sus bosques depredados con más frecuencia. Apelamos a nuestros heraldos, espíritus maestros: Buda y Jesús. Primeros resultados positivos. Pero el entusiasmo es mala señal por ser efímero, degenerar en cansancio y luego decepción. A medida que los mensajes impartidos por nuestros Enviados se esparcían por todos los rincones del orbe, las poblaciones que ya poseían un nivel de pensamiento y de vida específicos, no entendieron la naturaleza de nuestra voluntad traducida en este acto de desprendimiento.

Estrategas en Occidente adecuaron nuestro mensaje a cada pueblo. Decepción. En vez de evolucionar su espíritu, el hombre utilizó ciertos conocimientos nuestros para su provecho inmediato, para saciar esa sed interminable por el poder y por el miedo. Saber que por su propia mano fracasó el humano, habiendo podido ser como tú y yo, hizo que la poca esperanza que nos quedaba en los humanos, se perdiera para siempre. Desde ese momento, solo lo vemos como un juguete y ya no como un amigo.

Su vida es reflejo de lo que no hizo y de lo que no hará. No enviaremos a nadie. Alegra ver que aun hay seres que siguen nuestra tradición o sienten al universo. A ellos oímos.

-      Vaya historia. No obstante, pienso que los humanos nos superarán algún día. Es cierto que la corrupción lo alcanzó, pero es porque algo falló. Se han divorciado su pensamiento y su memoria, mas no han desaparecido: están enemistados. Recuerda que la esencia no desaparece, solo crece o decrece.

Hemos olvidado que somos eternos y ellos mortales. Los queremos medir con la misma medida. Error. Ellos todavía no despiertan sus poderes. Tienen aun mucho miedo. Pero algún día lo harán ya que han avanzado muy rápido. En su corta edad han alcanzado grandes avances. Lentamente están despertando sus cualidades espirituales siguiendo el hilo invisible trazado por Prometeo. He ahí el miedo de Zeus y de los demás.

Lo admiro como sobreviviente. Podrá parecer que el Hombre vive en caos, sin futuro ni esperanza, bien sabes que solo son apariencias, o sea, refracciones dimensionales. Está aprendiendo de sus errores. Su caos pronto se verá transformado en un nuevo orden, donde nosotros no tendremos ninguna posibilidad de controlar o intervenir. Sin alguien que no nos recuerde, morimos. Ese es el truco de la eternidad, nuestro secreto. Los necesitamos para vivir, mas ellos no. Por eso recurrimos a especies jóvenes. Por eso damos nuestro aliento. Esto temen los dioses antiguos y sobre todo tú, Febos.

-      Existimos porque somos Vida y nunca morimos. Ja, ja, ja, ja. Bueno Reiyel, ya es suficiente, vámonos a pasear, te invito a un paraje humano maravilloso que parece detenido en el tiempo. Felizmente, los humanitos no saben de su existencia. Ahí seguiremos debatiendo, tenemos siglos para conversar.


-      Si insistes en la invitación, acepto gustoso, viejo Febos. 

PMVA



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