- ¡Qué delicioso!
- ¿Te gusta? ¿No exageras? ¡Soy un simple masajista que sufre por tu don!
- El humano posee cualidades que admiro. Es una de mis especies preferidas.
Lo triste es que sufren porque quieren. Ustedes fueron quienes en su afán de
controlarlo todo, crearon esa palabrita llamada “Lógica”. No fuimos nosotros.
- Amada diosa, cuando sentimos placer, este se vuelve un arma de doble
filo. Por un lado, nos causa bienestar embriagándonos
los sentidos; por otro, tras un tiempo brevísimo, aparece la dependencia, y
sordidez en algunos casos.
- Es que ustedes son golosos. Ja, ja, ja, ja. A ver, para darte una
idea: el placer es como el néctar de una flor deliciosa y provocativa que si se
acumulara, aquella se pudriría. Felizmente hay un animalito que lo aprovecha, es
el picaflor o colibrí, quien se alimenta de este jugo y favorece a la planta. Este
lindo ser solo toma lo necesario, ni más ni menos. Aunque no parece, todo está
en equilibrio.
- ¿Me estás diciendo que debemos ser como el picaflor?
- Espera, espera. Sólo fue una metáfora. Tu ímpetu es más veloz que tu
prudencia. El placer se encuentra en todas las cosas y seres inmersos dentro
del universo. No es bueno ni malo, ni tiene consecuencias negativas en su
esencia. Ustedes son los que se condenan al dolor y a un sinfín de tristezas. Como
estoy de buen humor gracias al masaje de tus manos, te contaré algunas cositas,
así que te quedas aquí sentadito y escucha con mucha atención lo que te diré.
- Pues no me queda otra, ojala no sea nada pornográfico, ja, ja, ja, ja. Recuerda, soy una criatura casta,
aunque no lo creas.
- ¡Cínico! Bueno, no te duermas o te envío con las Gorgonas para que
las seduzcas. Por cierto, Medusa está ansiosa de un pretendiente…
A ver, primero
debes saber que en nuestro universo hay elementos cuya percepción depende exclusivamente
del nivel evolutivo de cada ser. Por ejemplo, citaré a especies de tu mundo:
una serpiente “ve” el mismo objeto o criatura como lo “ve” un oso o un caballo,
pero la percepción es distinta: dependerá de la evolución de cada sistema
ocular. Si bien ustedes tienen buen sistema sensorial, no es suficiente para
captarlo todo.
Hay dos grandes
fuerzas en el Cosmos, como si fueran su “sangre”: el amor y el miedo. Influyen enormemente
en las decisiones y acciones de los seres vivos. Sin embargo, hay un elemento neutro
depositado en cada partícula del universo que solo despierta cuando un ser se
vincula. Al hacerlo, “carga” positiva o negativamente dentro de sí sensaciones.
Se trata del placer. El humano, criatura con cierta inteligencia, conoció desde
sus inicios el placer y las sensaciones que produce.
Bien, hace
mucho, mucho tiempo, nosotros, los dioses antiguos, nos encariñamos con ustedes,
así que decidimos darles un don especial, para ahorrarnos tristezas que podían
evitarse. En mi caso, les desperté la capacidad de sentir y expresar, como
nosotros, las bondades del amar y del temor a perder lo amado, a través del
placer. Gran error: creíamos que su inteligencia podía controlar el miedo, tal
como lo hacemos, así vivirían en su Mundo Feliz. Muchos entendieron y
evolucionaron; pero la gran mayoría, no. Si se prolonga por demasiado tiempo la
sensación del placer, enferman tanto el que desea como el objeto o cuerpo de
deseo. Obsesión, perversión y desesperación son síntomas.
Como en el
ejemplo del picaflor, en el placer hay beneficio de ambas partes y no sólo de
una. En el humano no pasa necesariamente eso. En su afán de extasiarse eternamente,
pierde el norte y se descarrila. Pasión no lo es todo, querido. El miedo
inundó la esfera del Amor (algo nunca antes visto en una criatura evolutivamente
creativa). Desde entonces, el hombre confunde placer, amor y
miedo, no recuerda los ahora secretos de la vida. Querido, ustedes se matan porque quieren sufrir, porque no aceptan sus
limitaciones y porque quieren entender algo más grande que sus pensamientos.
- Ustedes nos hicieron nacer ese deseo de ser más de lo que somos.
Éramos simples, cuando nos dieron su ayuda no permitieron que progresáramos por
nuestros propios errores. Demasiada vanidad por parte de ustedes.
- Todos los seres reciben ayuda de otros seres. Es básico para la
evolución. Llámalo experiencia, influencia, contacto físico, etc. Si no éramos
nosotros, eran otros…
- El error se dio al inicio. Es cierto que todos los seres vivos
evolucionan a partir del contacto con otras especies y/o circunstancias; sin
embargo, cuando un ser superior interviene en el desarrollo de algún ser,
comete el crimen más grande contra la misma vida: retrasa la evolución.
- Ustedes desarrollaron, como ninguna especie aún lo ha hecho, el significado
y el valor de la diferencia. Me explico, comenzaron a diferenciarse para hallar
el equilibrio en su sociedad, es cierto que hay mucho miedo, muchas dudas, ¿y qué
con lo otro? Lo otro es lo positivo que han guardado algunos de vosotros en sus
mentes. Amigo, desde mi llegada a este sector del universo, tu especie con su
ingenio, curiosidad excesiva y alegría me llenan de encanto. Nos alivia hallar
más de ustedes que desarrollan sus potencialidades fuera de nuestro pronóstico.
- ¿Y qué con el placer, el amor?
- Si no te has dado cuenta, querido, cada generación de ustedes
contribuye a la superación de errores y miedos de la anterior, superándose. Sus
niños son diferentes a cuando vosotros lo eran también, la próxima generación
superará aún más a la actual. Creo que llegará el día en que nos agradecerán
por todo lo que les despertamos. Mientras, contemplo extasiada cada paso por descubrir
y evolucionar que ustedes dan. Después nosotros seremos los que los envidiemos
a ustedes ¿Sabes por casualidad cuánto tiempo humano se demoró tu planeta en ser
lo que ahora es? Cada momento fue un paso minúsculo, imperceptible. Pero sin
esos pequeños cambios, ustedes ni siquiera existirían. Se necesitan milenios,
eras, para que se produzca un cambio sustantivo. Sus mesecitos, años y siglos no
son nada en comparación con la idea de transformación y evolución que se da en la vida.
- Gracias Afrodita. Hoy he aprendido más cosas de lo que esperaba.
Hemos hecho del amor y de otras materias, nuestra propia versión y ese es el
punto de partida.
- Vete. No vaya ser que mis hermanos se den cuenta de tu presencia,
aunque estoy segura que también ellos tienen sus preferidos. Vete.
- ¡Me voy!
- Cuando necesite de ti, te susurraré al oído palabras que no te dejen
escapatoria a mis encantos.
- Tú mandas y obedezco, pero no abuses; si no, caeré cautivo de tus
necesidades.
PMVA
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