Nuestros congresistas transitorios buscan, por todo medio, que sus partidos ganen el voto de la gente para estas próximas elecciones generales. Por eso, presentan tantos proyectos de ley populistas y aparecen excéntricos disfrazados de moralistas.
La mayoría de congresistas tiene un pasado corrupto. Sin embargo, solo se hurga al milímetro en la vida y obra de personajes que signifiquen alguna amenaza a intereses económicos y transnacionales.
Cuando se investiga a un congresista, el caso se archiva y olvida. Los congresistas, como los doctores o abogados, se “tapan” entre sí sus errores y actos corruptos, cual código de hermandad.
Populismo
Los congresistas son los nuevos fiscalizadores del país, pero... ¿Quién los fiscaliza e investiga? Ellos usan la moral o la ética como plataforma de lanzamiento para sus intereses o los de su partido. El apoyo a la vacancia solo es una muestra.
Este congreso es más astuto y descarado que el anterior. Promulga leyes que no benefician al pueblo, aunque digan lo contrario. Aunque les falte criterio y profesionalismo, se las arreglan para callar consciencias e investigaciones.
Estos congresistas parecen luchadores histriónicos de SmackDown y Raw: Montan todo un espectáculo para captar la atención, a como dé lugar, de votantes y reclutar admiradores o militantes.
Conclusión
Definitivamente, este congreso se disfraza de abanderado del pueblo, cuando solo quiere perdurar el modelo esclavista que vivimos. Tienen un doble discurso: dicen servir al pueblo, cuando la verdad es que se aprovechan de este, tal como lo dijo el periodista Louis Dumur:
“La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos”.
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P. D.: ¿Saben que si un congresista alcanza cierta notoriedad (por cualquier motivo), este se asegura un cargo en el próximo parlamento. ¿Conocen qué puesto tienen los anteriores congresistas hoy en día?
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